¡QUÉ FALTA HACIA!

Hoy he salido a la calle y he sonreído, me he alegrado al ver cómo llovía. Suavemente pero con continuidad, ese agua que parece que no moja, pero en verdad es la lluvia que empapa la tierra, la que hace que la hierba brote con brío.
Hacía mucha falta porque con estos días tan calurosos que estábamos padeciendo el campo se estaba agostando, en los lugares donde no habían caído las tormentas de principios de abril ya se empezaba a notar como el campo amarilleaba.
Es bueno, muy bueno, que ahora que las vacas están en pleno proceso de producción de leche para sus becerros se alimenten con pastos naturales además de la ayuda extra, el pienso, que pueden y deben recibir.
El campo necesitaba el agua, y no estaría mal que cada dos o tres días las mañanas se pongan como la de hoy y me hagan esbozar una sonrisa.