... Los aficionados se alejaron de las plazas. Las masas,
reforzadas por el turismo, entraron a tirones por el atractivo de tal o cual diestro de
"gancho"; pero se ha perdido una afición sensata, documentada, preparada para entender
mejor el desarrollo del espectáculo. Se han perdido varias generaciones de
aficionados. Desde los medios de difusión no se ha hecho nada para que la
Fiesta mantuviera el interés y la atención que mantuvo durante décadas.
Inviernos sin que apareciera en los periódicos una sola noticia de toros;
secciones arrinconadas en pleno verano y a la vera en algunas ocasiones de
esquelas mortuorias...
Han pasado más de treinta años desde que Vicente Zabala (padre) escribió esto. Ni mucho menos con esto quiero decir que este crítico sea santo de mi devoción ni que comparta su última etapa. Esto lo he sacado de un libro que me regalaron hace unos cuántos años: Restauremos nuestra Fiesta Nacional, escrito en 1976. Una época de transición, difícil, y en la que el taurineo empezaba a hacerse con el mando de la situación.
Hace casi un año en Casasimarro mi querida Rosita casi me quema el libro, y lo entiendo, pero no podía dejarla porque era un regalo y además es de lo poco que se puede leer de Vicente Zabala antes que se pasase al "bando contrario".
2 comentarios:
Ya tenía el mechero encendido y todo. Por cierto, ¡qué bien lo pasamos en Casasimarro!
Pd.: Os echo de menos, cabrones.
Fueron unos días superiores. Menos mal que te ví que sino el libro ya sería ceniza, que lo será.
Un beso.
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