El pasado fin de semana fue el escogido por los amigos del Club Taurino de Calahorra para su habitual viaje al Campo Charro. El sábado por la mañana se presentaron en "Fresno Alhándiga" para presenciar un tentadero que el bueno de Julio Pérez-Tabernero les había prometido en su última visita.
En el tentadero, serio y con vacas dignas de su encastada estirpe, participaron Julio hijo, que siempre demuestra un oficio increíble y se nota que jugaba en casa; mi amigo Ignacio Iglesias, alumno de la Escuela de Salamanca que se enfrentó a una complicada erala con la que demostró arrojo y pundonor; e Igor Pereira, alumno de la Escuela de El Espinar (Segovia) que se lo pasó bien con una noble santacoloma.
Al terminar el almuerzo salimos a ver el ganado, la pena es que el agua no haya hecho antes acto de presencia porque el campo estaría mucho más bonito... Primero vimos las vacas, gordas y lustrosas, que estaban acompañadas con un nuevo semental, precioso, que tentó Juan del Álamo. Después entramos en el cercado de los erales entre los que se encontraban los sementales que ahora aguardan su turno para estar con las hembras. En el siguiente cercado vimos los novillos, bonitos y fieles a las hechuras tradicionales de la casa. Y terminamos con los toros, una docena de animales que este año no han encontrado destino y que nos recibieron algo enfadados, las peleas barrutaban el cambio de tiempo. Es más, uno de ellos - el 30- se arrancó como una exhalación al remolque dejando a más de uno con la sangre congelada...
En el tentadero, serio y con vacas dignas de su encastada estirpe, participaron Julio hijo, que siempre demuestra un oficio increíble y se nota que jugaba en casa; mi amigo Ignacio Iglesias, alumno de la Escuela de Salamanca que se enfrentó a una complicada erala con la que demostró arrojo y pundonor; e Igor Pereira, alumno de la Escuela de El Espinar (Segovia) que se lo pasó bien con una noble santacoloma.
Al terminar el almuerzo salimos a ver el ganado, la pena es que el agua no haya hecho antes acto de presencia porque el campo estaría mucho más bonito... Primero vimos las vacas, gordas y lustrosas, que estaban acompañadas con un nuevo semental, precioso, que tentó Juan del Álamo. Después entramos en el cercado de los erales entre los que se encontraban los sementales que ahora aguardan su turno para estar con las hembras. En el siguiente cercado vimos los novillos, bonitos y fieles a las hechuras tradicionales de la casa. Y terminamos con los toros, una docena de animales que este año no han encontrado destino y que nos recibieron algo enfadados, las peleas barrutaban el cambio de tiempo. Es más, uno de ellos - el 30- se arrancó como una exhalación al remolque dejando a más de uno con la sangre congelada...
En definitiva, un día de campo digno de recordar en el que la sangre santacoloma fue la protagonista.
P.D.- Muchas gracias Julio por tu hospitalidad, tu buen hacer y, sobre todo, por tu amistad.
1 comentario:
dia bonito. que envidia.
bien por ese lucerito, arrancao, que es lo que debe de hacer cuando llegan intrusos, por muy aficionados encastaos que sean.
bien por los ganaderos. no se os olvide, que tambien vuestra becerrita le va a tocar vivir en un sitio privilegiado, que muy pocas niñas van a tener la ocasion de vivir y disfrutar.
CASI SIEMPRE CONVIENE OIR ESTO DE ALGUIEN DE FUERA.
salu2 del saltillo pequeño a charrilandia y los santacolomeños
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