LA CULPA NO ES MIA

Entre los toros de José Luis Marca que se niegan a embestir porque han comido un pienso que no es el apropiado y la corrida de Miura que da para escribir un libro me he pasado delante de la televisión dos tardes gracias a las cuales podría escribir más de una docena de post. Pero no quiero aburrir.
Que un ganadero y su yerno, el señor Ojeda, achaquen a los piensos lo que no tienen los toros me da que pensar. Me parece de risa porque para eso existe un control veterinario que supongo regirá la alimentación de sus toros. Si le pregunta Juan Pedro quizás encuentre la fórmula adecuada.
Que llegue la corrida de Miura y salga un toro como el segundo también me preocupa. No porque fuese más o menos bravo, no porque se le diese una vuelta al ruedo discutible, sino porque si ese toro lleva un hierro distinto y tiene delante un torero tenemos Morisco, que así se llamaba el bicho, para rato. Pero el señor Padilla lo desaprovechó claramente, no le dio un pase. Sin embargo no dice nada de esa faena y se enfada porque el presidente le negara la oreja en el segundo suyo.
Aquí el problema está en justificar lo injustificable y salirse por la tangente que es lo más fácil.