Desde hace ya unos años los amigos del Club Taurino de Calahorra, buenos aficionados y, sobre todo, gente buena, me invitan a pasar con ellos el fin de semana que se vienen al Campo Charro a visitar un par de ganaderías. Este año eligieron visitar Aldeanueva, vieja y fecunda encina, y Pedraza de Yeltes, el último de los brotes que ha salido de la primera.
Hace muchos años que las pocas reses que quedaron en la finca Pedraza de la ganadería brava de María Antonia Fonseca y que esta había formado con ganado de Juan Pedro Domecq y Díez fueron a parar a manos de José Matías Bernardos, El Raboso.
En los cercados de Cilloruelo y Aldeanueva, finca que dio el nombre a la nueva ganadería en 1979 cuando el viejo Raboso decidió comprar un nuevo hierro para los domecqs y dejar en el famoso hierro de la interrogación sólo lo procedente de coquilla, se fue formando un tipo de toro distinto. Y se creó un encaste propio. Unos años después el benjamín de la familia Fraile, Moisés, decidió aventurarse como ganadero en solitario y apostó por Aldeanueva. Y en 2006 los dueños de Pedraza de Yeltes deciden cerrar un viaje de ida y vuelta de casi cuarenta años comprando ganado bravo a El Pilar para formar una de las ganaderías más jóvenes del Campo Charro.
El primer día acudimos a Aldeanueva donde pudimos ver las dos docenas de cuatreños que esperan en los cercados para la temporada 2013, los erales entre los que ya adivinan serias cornamentas y las 22 eralas para tentar de las que seguro saldrá más de una de nota alta. Entre los ocho sementales vimos un precioso cuatreño castaño bociblanco al que David Mora tentó en Cilloruelo, la otra finca en la que está la plaza de tientas, y que después de ser toreado entró de nuevo al ruedo y tomó otros dos puyazos con bravura.
Entre las hembras hay dominio del pelo negro pero entre los machos predomina el color castaño, los toros de Raboso son más finos que hace unos años y aunque la consanguinidad le esté jugando malas pasadas a esta vacada oír hablar con tanta ilusión y afición a Lorena, la mujer del mayoral, hace que uno tenga esperanzas de que la encina siga creciendo.
Al día siguiente nuestro destino fue Pedraza de Yeltes, con José Ignacio Sánchez a la cabeza de todo y que junto a Curro Sánchez, el mayoral, forman un binomio perfecto.
Allí vimos las tres corridas que este hierro lidiará en el próximo año. Seriedad con bonitas hechuras sustentadas en una buena base serán las cartas de esta ganadería en plazas de responsabilidad como son Madrid, Salamanca y Azpeitia. En el corredero pudimos ver ejercitarse a nueve utreros de los que saldrá una preciosa novillada para el debut de Pedraza en Francia.
Las vacas gordas como tejones y bastantes becerros ya alrededor de ellas aseguran un bonito futuro para esta rama joven, que paso a paso va creciendo.
P.D.- Iré poniendo más fotos de ambas ganaderías.
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