«…Una buena ganadería de lidia es aquella en la que existen buenos promedios de rendimiento en sus productos. Ciertamente, nadie considerará sobresaliente un hato en el que sólo muy de vez en cuando salta un ejemplar notable y en el que generalmente, su nivel habitual sea el de la mediocridad. Por el contrario, se cotizará como buena por aficionados, críticos y toreros aquellas en las cuales abundan los productos por encima de lo común, vistos desde alguna de las perspectivas en las cuales se puede apreciar válidamente la “bravura”, de acuerdo a criterios diferentes pero lógicos y respetables…».
Texto extraído del libro “Genética elemental y la crianza del toro bravo” de Ernesto González Caicedo.
Obviamente mi “bravura” dista mucho de la que defiende el señor Francisco Aguado. ¿Por qué algunos críticos nos llaman, despectivamente, toristas a los que nos gusta un tipo de toro que a ellos les parece del siglo XIX? ¿Por qué ellos siempre destacan más a algunos hierros cuando otros consiguen los mismos logros o incluso mayores pero que ellos entienden que no encajan con su “bravura”?
Por fortuna siguen existiendo ganaderos que crían un tipo de toro que nos gusta a unos cuantos “chalados” y que siempre tendrán nuestro aplauso aunque algunos no dejen de darles palos.
Texto extraído del libro “Genética elemental y la crianza del toro bravo” de Ernesto González Caicedo.
Obviamente mi “bravura” dista mucho de la que defiende el señor Francisco Aguado. ¿Por qué algunos críticos nos llaman, despectivamente, toristas a los que nos gusta un tipo de toro que a ellos les parece del siglo XIX? ¿Por qué ellos siempre destacan más a algunos hierros cuando otros consiguen los mismos logros o incluso mayores pero que ellos entienden que no encajan con su “bravura”?
Por fortuna siguen existiendo ganaderos que crían un tipo de toro que nos gusta a unos cuantos “chalados” y que siempre tendrán nuestro aplauso aunque algunos no dejen de darles palos.
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