"COQUILLA DE SANCHEZ-ARJONA"

Aunque algún incrédulo se empeñe en afirmar que ya no existe la ganadería de Coquilla de Sánchez-Arjona, hoy voy a hablar de esta vacada arrinconada, que no desaparecida.
La historia del vínculo de esta familia con el encaste coquilla se remonta a 1934 cuando el abuelo de los Sanchez-Arjona, Justo Sanchez Tabernero, se quedó con una parte de la vacada de Francisco Sánchez, el popular Paco Coquilla. Pero, como ganaderos de bravo, su andadura no comienza hasta diciembre del año 1944 cuando llegaron a “El Collado” un lote de 80 hembras y tres sementales con el hierro de los hermanos Sánchez-Fabrés. Jesús Sánchez-Arjona y Velasco - padre de los actuales titulares- estaba casado con Paz Sánchez-Fabrés, hermana de Alfonso que era el dirigía la vacada de la cruz.
Más tarde volvieron a efectuar un refrescamiento con más sementales de Alfonso Sánchez-Fabrés, “Miracielos”, “Tomatero” y “Bonarillo” padrearon tanto en El Collado como en Pedro Llen. También tuvieron con las vacas un toro de origen Buendía con el hierro de los Rodríguez Pacheco, “Cirujano”. En 1979 adquirieron un raceador de José Matías Bernardos - el gran “Raboso- llamado “Extremeño”, y unos años después le siguieron “Carricero” y “Pandereta”, también herrados con la interrogación.

Desde el comienz hasta los sesenta, sólo lidiaban novilladas, y más tarde entre los 70 y los 90 lidiaban algunas corridas. En la actualidad sólo lidian utreros, casi todos van a Francia, y algún toro suelto para corridas concurso.

Muchos fueron los novillos que dieron prestigio a esta divisa, y sería costoso hacer una lista ya que sería demasiado larga. En cuanto a toros sí que se debe recordar a “Risueño”, que recibió la vuelta al ruedo en 1977 en el coso de Teruel; “Perchero”, el más bravo de la feria de Cáceres de 1980; “Fontanero”, vuelta al ruedo en Alfaro en 1985; “Zarandillo”, mejor toro de la feria de Santander de 1986; “Almejito”, más bravo en Gijón en 1990; y “Copito”, también se llevó los premios en Gijón al año siguiente. Pero no sólo estos toros fueron merecedores de galardones y felicitaciones, porque tras el éxito del ganadero de toro bravo casi siempre está el rechazo de los toreros que comienzan a poner piedras en el camino. Así de nuevo, los coquillas fueron relegados a las novillas y como Javier Sánchez-Arjona no quería perder la posibilidad de seguir lidiando en plazas de categoría y con las figuras en los carteles decidió en 1982 comprar a su buen amigo Juan Pedro Domecq un lote de vacas y varios sementales. En el mismo hierro convivieron los dos encastes, aunque separados, hasta que en 1996 creó un nuevo hierro para el encaste santacolomeño llamado “Coquilla de Sánchez-Arjona”. En la actualidad esta ganadería está formada por menos de un centenar de vacas y un par de sementales y pasta en otras fincas lejos de “El Collado” que los “Arjona”, como se les conoce en Salamanca, tienen en Carpio de Azaba.

Espero que no se cansen nunca de este emblemático encaste, que tan unido está a la historia de su familia. No hay más que ver que en Francia tienen un buen cartel para asegurar que los “coquillas” son un tesoro genético que no podemos perder.



P.D.- Bonito reportaje de la ganadería que tenía por ahí guardado…