miércoles, 13 de enero de 2010

EL PUERTO DE SAN LORENZO: CALIDAD EN LA CUMBRE

Como ya se dijo en el post dedicado a la vacada de El Pilar la historia de la familia Fraile en la ganadería de bravo comenzó hace más de medio siglo al comprar una parte de la antigua vacada de los Flores albarrán, en concreto la proporción que correspondió a Mercedes Flores Sánchez. Ya en 1958 compran 1oo vacas y tres sementales de don Arturo Sánchez y Sánchez, pero a los cuatro años eliminan ese ganado y adquieren de Infante da Cámara un lote de medio centenar de hembras y tres toros. Con esa base, en 1976 compran a Lisardo Sánchez, nieto de don Lisardo, más de 100 vacas y 4 sementales que sustituyeron a los que entonces había en la vacada y descendían de los “infantes”. Desde entonces se decidió seguir por la línea Lisardo-Atanasio que tan buenos resultados le ha dado a la familia Fraile al completo. Para reforzar esa línea en 1982 compran a Arturo Gallego 30 vacas, aún con el hierro de Atanasio Fernández, y entre 1987 y 1988 acuden a Campocerrado para adquirir 40 eralas, media camada de añojas y 25 vacas viejas a los herederos del Mago de Campocerrado, que le dejan algún semental.
La trayectoria de este hierro se puede dividir en tres partes bien diferenciadas. La primera desde sus comienzos hasta 1986, que es cuando quedan sólo Nicolás y Lorenzo al cargo de la vacada. Una segunda que va desde ese año hasta que en 1992 los dos hermanos deciden seguir caminos separando, creando Nicolás la ganadería de Valdefresno. Y una última, la más exitosa y regular, que va desde ese 92 hasta la actualidad.

En su primera época el hierro de El Puerto de San Lorenzo, después de los cambios de procedencia, lidió en plazas menores, de escasa relevancia hasta el año 1981 que debuta en Las Ventas con una corrida de toros. Al año siguiente toma antigüedad en Madrid con un encierro serio y fue un torero de la casa, Julio Robles, el primero que triunfó en la primera plaza del mundo con un toro del Puerto de nombre “Cigarrero” en verano de 1983. Dos años más tarde, en Soria, Manzanares, Tomás Campuzano y Espartaco se repartieron once orejas y un rabo con astados de este hierro.

Pero es en la segunda etapa, con Nicolás y Lorenzo mano a mano, cuando comienzan los “golpes encima de la mesa”. En 1987 lidian un encierro de nota en Madrid, en el que Ruiz Miguel corta dos orejas del bravo “Buscapases”, y ese mismo año en La Glorieta el toro “Lirio” es premiado con la vuelta al ruedo y más tarde ganador del Toro de Oro.
En la temporada siguiente esta ganadería se lleva el premio a la corrida más brava de la Feria de Salamanca, en la que destacaron “Bilbaino” y “Dudito”; en 1990 el toro “Carretilla” obtiene el galardón otorgado por el Ayuntamiento al toro más bravo de San Isidro; en 1991 el astado “Pitillón” sobresale en la interesante corrida de la feria de Otoño madrileña; y en 1992 el bravo “Dudosito” es premiado con la vuelta al ruedo en Gijón. Estos son algunos de los premios más importantes de esta época que finaliza en diciembre de 1992 cuando Nicolás se lleva su parte de la vacada a su finca de Tabera de
Abajo.

En la tercera y última etapa son muchos los toros importantes pero desde 1992 hasta 1998 -año espectacular de este hierro- se puede decir que los astados de El Puerto y los de Valdefresno premiados seguían siendo fruto de ambos hermanos como, por ejemplo, el toro “Mariposito” desorejado por César Rincón en Madrid en 1993 o el excelente “Campechano” lidiado también en Las Ventas en 1996. Pero es justamente en 1998, 10 años después del refrescamiento con reses del origen del encaste, vacas de Atanasio Fernández, y con toros con nombre típicos de la casa madre de Campocerrado, cuando esta vacada despega de verdad. Llega a la cumbre: calidad, nobleza y mucha bravura. En esa temporada la lista de toros es muy larga, y en plazas de importancia, pero se pueden destacar los bravos “Cartuchero” y “Buscaleto” lidiados en Valencia; los extraordinarios “Gañanito”, “Dudosito” y “Malaguito II” corridos en Madrid; el magnífico “Cigarrito” en San Sebastián y “Buscacielos”, premiado con la vuelta al ruedo en Valladolid. Al año siguiente, 1999, los toros “Playero”, en Madrid, y “Playerito” y “Cubilón”, en Valladolid, reafirman el buen momento de la vacada. En el 2000 saltaron toros de gran calidad pero en plazas menores como “Servilón” y “Fortuna”, en Alicante; “Geranito”, en Gijón y “Bilbanoso”, en Almería. Aunque esa temporada en Salamanca, corrida que tuve la suerte de presenciar, echó tres toros de nota: “Forcadillo”, “Cubilón” y “Embajador”, este último premiado con la póstuma vuelta al ruedo. En 2001 “Curioso”, más bravo de San Isidro, y “Langostero”, lidiado en otoño, dejaron bien alto el pabellón de la divisa en Madrid; y se lidiaron buenas novilladas en Nimes y en Las Ventas. En el año siguiente destacaron “Buscador”, en Valencia, y “Cardilisto”, en Barcelona.

Durante 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007 –otro ciclo- la ganadería de El Puerto de San Lorenzo entra en un pequeño bache. La falta de fuerzas se hace patente en la mayoría de las corridas, problema que en los últimos años se está corrigiendo. Muchos de los toros lidiados son devueltos, ya que al lidiar en plazas de categoría la exigencia es máxima, aunque durante esas temporadas siguen saliendo toros de alta nota como: “Playero”, premiado en 2006 con la vuelta al ruedo en León; “Carretillo”, ganador del Toro de Oro en 2006; “Burganoso”, astado de excelente calidad jugado en Madrid el Domingo de Resurrección de 2007; “Cantinillo”, gran toro lidiado en Las Ventas en Otoño de 2007; “Cubanisto”, gran ejemplar corrido en Valladolid en 2008; “Fardero”, jugado en el buen encierro de Santander 2008; “Montesino”, bravo ejemplar estoqueado en Ávila en 2009; “Ventisquito”, importante toro lidiado en Santander el año pasado; “Calvituerto”, mejor toro de la feria de Valladolid 2009; y “Gracioso” y “Cantillano”, ambos lidiados en Salamanca, uno premiado con la vuelta al ruedo y otro ganador del Toro de Oro 2009 son un pequeño ramillete los éxitos del último lustro.

Aunque para muchos sea un hierro que no les atrae porque es muy del gusto de las “figuras”, hay que reconocer que es una ganadería de las punteras de Salamanca, otrora a la cabeza de la cría del toro bravo en toda su variedad de encastes y hoy cada vez más reducida al encaste Domecq. Estos ganaderos siguen con el encaste, aunque ya tengan en su otro hierro sangre "rabosa", que inundó el campo salmantino hace décadas, el de Atanasio Fernández, hoy seriamente amenazado. Y es que, ineludiblemente, hablar de El Puerto de San Lorenzo es pensar en el Campo Charro, en la sierra de Tamames… y hablar de Salamanca es evocar tradición, sudor, frío, esfuerzo. Lorenzo Fraile, amparado en sus hijos, sigue trabajando para mantener su ganadería en la cima, tarea difícil pero no imposible para esta familia que vive por y para el TORO.


P.D.- Quizás me haya extendido demasiado pero, ¡qué le vamos a hacer!

4 comentarios:

Emilio Lentisco dijo...

...y que dure muchos años. Con los toros del Puerto vemos torear...que no es poco.

Galucho dijo...

ves torear, mientras no rueden por el suelo, como ultimamente les esta ocurriendo, por lo menos en Madrid.

Emilio Lentisco dijo...

Fíjate en los toros buenos, que han saltado muchísimos.

Galucho dijo...

yo hablo de lo que veo en Madrid, alguno sale claro, lidia tantos....