Ayer se pudo ver en Pamplona la cara B de la Fiesta. Esa imagen bonita y perfecta con la que los del plus nos quieren hacer comulgar en cada tarde de toros se truncó. Y se fue a traste por varias razones, pero principalmente por la falta de ambición y desgana de dos toreros que, se decía, iban a reventar. “Si tú no atacas, yo no ataco”, parece que se hubieran dicho.
Ver a Castella en su primer toro con esa desgana esa falta de ideas me preocupa, y mucho. Faena largas, pesadas, monótonas, acortando distancias, ahogando embestidas. Dos avisos en sus dos toros que por poco son tres en el segundo.
Como si se hubiesen puesto de acuerdo, a Talavante también lo desarmó de salida dejándolo sin capote en el primer lance. Sin entenderse con su primero, le vi muy desconfiado con su primero y con el último, que por la mañana había sembrado el pánico en la calle, lo mejor fue quitárselo de en medio. No me gusta la muleta tan grande que tiene y lo despegado que se quedó ayer.
De la ganadería Marqués de Domecq – no DEL Marqués, que el aristócrata no tiene toros- no me gustó ningún toro. Demasiado fáciles, muy noblotes, excesivamente carretones.
Qué razón tenía el maestro Domingo Ortega cuando decía que “el público va más a divertirse que ha emocionarse”. Lo de ayer poca emoción podía producir, Pamplona sabe divertirse.
1 comentario:
Si amigo Vicente, borregos, bueno más bien carneros carretones, en estado puro...y los toreros de campo y playa y el público...de merienda...preocupante y decepcionante al máximo nivel.Un abrazo
Pgmacias
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