Seguimos con más atropellos, y dudo mucho que esto se pare mientras la autoridad sea complice de ello. Lo que ayer ocurrió en Santa Marta de Tormes fue muy grave. A punto estuve de ir, aunque por suerte me quedé en casa.
Paco Cañamero narra muy bien lo que fue el triste espectáculo en el artículo que hoy publica en Tribuna de Salamanca. Lástima no haya fotos de las "caras" de alguno de los toros, porque afeitados estaban.
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