Me pregunto por qué los toreros no quieren lucir a los toros nada más que en una corrida concurso, y porque no pueden menos. Pero a los astados que se arrancan con alegría, empujan metiendo los riñones y levantan el rabo en su encuentro con el picador en un festejo ordinario no se les quiere exhibir. ¿Será por miedo a qué el público se ponga de parte del animal? Posiblemente, pero es muy triste que nos nieguen esa alegría. La mayoría de las veces tras criar más de cuatro años un animal llegue un señor montado a caballo y con una puñalada trapera acaba con todo el sudor y el trabajo que hay tras la crianza del toro bravo. Y cuando el toro es bravo prefieren asesinarlo a lucirlo. Ayer no mataron a ninguno en el caballo. Es más, los cuidaron pero nos lucieron. 
La corrida de lidiada en Madrid tuvo varios toros de nota, unos mejores que otros, pero algunos con claras posibilidades de triunfo. Volvieron a pisar el ruedo de Las Ventas grises con la A coronada que olían a casta. El 133 se volvió a quedar en Las Tiesas y habrá que seguirle la pista, porque me encanta. Pacense me gustó, y mucho, en el caballo aunque me dejaron con las ganas de verlo en un tercer puyazo, lo mismo que me sucedió con Platafino, otro por el que aposté. Este 89, si cabe, fue más bravo en todos los tercios, más completo. Mecenas, el primero, fue un gran astado que si se hubiese lidiado en otro lugar habría sido mucho más reconocido. Medialuna y Mechero, cuarto y sexto, merecieron otra lidia. Sinceramente me quedé con ganas de verlos haciéndole las cosas como debe ser. El borrón gordo fue el segundo, que en principio no estaba preparado para este festejo.
En líneas generales no me disgustó la corrida, que tampoco es para tirar cohetes. Sirve para acallar algunas bocas, y si se añade un poquito de picante mejor porque no me gustó la excesiva bondad de alguno de los albaserradas. Si se quiere estar contento razones hubo, y si se quiere buscar vueltas, también. Seguro que habría disfrutado más en la plaza, me ha sido imposible, pero por televisión también alguno de “los míos” me hizo esbozar más de una sonrisa porque siempre me alegro de ver toros que algunos piensan que han desaparecido. Aún hay cuerda para rato…
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