Cuando el sábado pasado leí en las páginas de Tribuna de Salamanca que el Ayuntamiento iba a homenajear, de nuevo, a Santiago Martín Sánchez, “El Viti”, nombrándole Hijo Predilecto de la Ciudad y colocando un medallón en La Plaza Mayor me lleve una gran satisfacción y no pude menos de esbozar una sonrisa. No creo que nadie dude del mérito de tal reconocimiento para uno de los personajes más grandes que ha dado esta tierra.
Ahora bien, el problema viene cuando me entero de que Santiago no quiere ningún homenaje más, bastante mal lo pasó en el 2000, y que además a él no le han comentado nada y se ha enterado por la prensa. Como siempre el señor Lanzarote hace y deshace a su antojo, y mucho me temo que esta vez puede haber metido la pata hasta el fondo porque a “El Viti” –torero- lo conocería pero a Santiago Martín ha demostrado que no. Lo único que no quiere el diestro que más veces ha salido por la puerta grande de “Las Ventas” es perder su tranquilidad. Para él no hay nada más importante en estos momentos que la serenidad y la calma que le dan su familia, el campo y sus amigos.
Ahora bien, el problema viene cuando me entero de que Santiago no quiere ningún homenaje más, bastante mal lo pasó en el 2000, y que además a él no le han comentado nada y se ha enterado por la prensa. Como siempre el señor Lanzarote hace y deshace a su antojo, y mucho me temo que esta vez puede haber metido la pata hasta el fondo porque a “El Viti” –torero- lo conocería pero a Santiago Martín ha demostrado que no. Lo único que no quiere el diestro que más veces ha salido por la puerta grande de “Las Ventas” es perder su tranquilidad. Para él no hay nada más importante en estos momentos que la serenidad y la calma que le dan su familia, el campo y sus amigos.
Por eso aunque la idea sea genial, merecidísima sin lugar a dudas, respetemos su decisión, dejémosle tranquilo...
1 comentario:
Es increíble que no respeten la voluntad del que pretenden homenajear...eso es saber ser y estar, a ver si aprenden otros.
Pgmacias
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