El otro día pasé una mañana estupenda en Sepúlveda, mano a mano con don Luis en el palco, discutimos sobre si la primera era mejor que la segunda, que si la quinta al final se rajó, y después durante la comida me convencí, otra vez más, que dónde este el campo se quiten los libros... ¡Cómo se aprende de toros en cualquier tentadero!
No hay comentarios:
Publicar un comentario