He estado unos días disfrutando del campo, viendo toros en su “terreno”, divirtiéndome en alguna capea, pero también he tenido la ocasión de ver los primeros planos de lo pitones de los toros lidiados en Badajoz y de leer la prensa “especializada” que sólo habla de un tema que tapa otros muchos más serios y he llegado a la conclusión que voy a ir cada vez menos a las plazas de toros.
Paso de esta Fiesta, esta no es en la Fiesta en la que creo ni la que muchos defendemos, arriesgándonos a ser linchados. Prefiero ir a Coria a ver los encierros y las capeas antes que ir a una plaza en la que lo primero que ves es la falta de respeto al Toro. Lo más ruin del mundo de los toros es la facilidad con la que se humilla al protagonista principal, al Toro.
Prefiero mil veces la verdad del campo a la mentira de la plaza. Me emociona mucho más ver nacer un becerro, ver arrancarse hacia el caballo a una vaca desde el otro lado de la plaza de tientas, oír el turreo de los toros o pasear a caballo entre los novillos que ver a un torero ponerse delante de un toro “humanizado” y debidamente masacrado en varas.
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