Hoy se cumplen 103 del nacimiento de la Unión de Criadores de Toros de Lidia. Don Manuel García-Aleas fue el encargado de realizar las gestiones de la creación de la agrupación y el Duque de Veragua tuvo es honor de ser el primer presidente de la nueva asociación.
Más de un siglo ha pasado desde entonces y muchas son las cosas que han cambiado. En 1936 estaban agrupadas en la Unión 105 vacadas y en la actualidad entre titulares y aspirantes hay 365. Hay bastantes ganaderos que tienen un par de hierros y algunos poseen hasta tres o cuatro. De los fundadores a los ganaderos actuales va un mundo, y no sólo por el tipo de toros de antes y el de ahora, que también. Los de antes vivían por y para el toro bravo, muchos de los que hoy son titulares de una ganadería no saben ni cuanto dura la gestación de una vaca. Si los que están encima de su ganadería todo el tiempo tiene importantes traspiés, ¿cómo los que no van a la finca más que a los tentaderos o de vez en cuando van a saber lo que tienen entre manos?
Lo que me resulta más curioso es que el boom de nuevos ganaderos, de ricos deseosos de ver su nombre en los carteles de las ferias, coincida, en gran medida, con el periodo en el que fue presidente de La Unión el señor Don Juan Pedro Domecq Solís. Y muchos fueron los que le compraron vacas durante ese tiempo al criador de los “toros artistas”.
Ahora en lugar de Unión debía de llamarse de otro modo, porque si hay algo que no están los ganaderos es unidos. Zancadillas, mercadeos, intrigas y distintos fines personales hacen que aquel objetivo común por el que se creó esta asociación esté olvidado. Un pena…
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