"… Da lo mismo que los muletazos sean una sucesión de enganchones o que el toro ande a su aire por todos los terrenos de la plaza, sin que atine a lidiarlo ni a someterlo. Él se limita a quedarse quieto como un poste y a dar pases arrimándose todo lo que se puede. Y la gente empieza a aplaudir sin que le importe que el pase sea bueno o malísimo. Hasta los desarmes despiertan clamorosas ovaciones…
… Se le perdona todo porque este torero es un pecado de idolatría de unos espectadores que van a la plaza convencidos que están viendo el súmum del arte de torear."
Parece mentira que el artículo “¡José Tomás no sabe torear!” de Alfonso Navalón al que pertenecen los párrafos anteriores y escrito hace casi siete años siga siendo la puta realidad. Ahora es más idolatrado si cabe porque viene a poner las cosas en su sitio, que la verdad sigo sin saber cual es. A mí como aficionado que paga su entrada para ver una corrida de TOROS me importa poco que el dinero se lo quede el empresario, el torero o la televisión. En Madrid han tenido que intervenir los políticos para que le dieran lo que exigía. Lo de la excusa del dinero de la tele queda muy bien y me gustaría que ese tema quedase al descubierto y así desenmascarar a los que mienten, ¿por qué no se denuncia de verdad en lugar de estar en silencio?¿Quién gana más con esa polémica? Pero estas razones no me sirven cuando en plazas donde no se televisan los festejos y la empresa no tiene más que el dinero de la taquilla – que no es poco en algunos cosos- pide cantidades desorbitadas. En Salamanca toreó el año pasado, pero este pide más dinero y no está claro que pise La Glorieta, una plaza muy ligada a él y donde tiene miles de fans. Dicen que a lo mejor nos suben las entradas para poderlo traer, pero entonces Señores Chopera con mi abono no cuenten para cuadrar las cuentas. Al que le guste que vaya, ¡faltaría más!, yo no le insultaré por ello…
1 comentario:
Pues parece ser que alguna no ha leido, o no ha sabido asimilar, este artículo. Y éso que tiene el morro de ir postulándose por ahi como discípula y "cuasi" heredera ideológica, taurinamente hablando, claro, del maestro. Si Navalón llega a leerle eso de que es el mejor torero que ha visto a lo largo de su dilatadísima vida taurina, supongo que le mete un bufido que la pone mirando "pa" Francia. Una tremenda pena que nos dejase, pero ésto que se ha ahorrado el bueno de Alfonso.
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