miércoles, 14 de febrero de 2007

EL MILAGRO DE LOS PANES Y LOS PECES.

Hace tiempo que llevo diciendo que nada tiene que ver Juan Pedro padre con ninguno de sus hijos - y en especial con el que lleva su mismo nombre- porque él mantuvo casi hasta el final un criterio de selección totalmente diferente. Las continuas divisiones de la ganadería propiciaron que todos sus vástagos se aprovechasen del apellido y vendiesen vacas a todo nuevo rico y ganadero despechado. Prometo que mañana os cuento la historia de esta familia, su incursión en el mundo ganadero, y como son capaces de vender a multitud de criadores a partir de un número de vacas reducido.

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