Otro indulto en una plaza de tercera. Un
animalito del señor Conde del Asalto consorte que más bien parece un eral, un toro que por su magníficas hechuras y "preciosa" cabeza bien merece padrear para elevar el índice de bravura de esa ganadería, o de la de algún nuevo rico que se quiera gastar unos cuantos "kilos". ¡Esto es un cachondeo!.
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