Esta mañana salí de casa camino de Campocerrado con la idea de ver los novillos de El Gustal por última vez en su cercado. Mañana cuatro de ellos se lidiarán en Brihuega. Al llegar a la portera me lleve una sorpresa ya que una vaca acaba de parir cerquita del camino. Al bajarme del coche la madre salió corriendo en dirección a donde estaban las demás y eso me dió confianza de que no se me arrancaría. Llegué al embarcadero y ya habían cargado dos, quedaban en los corrales otro 
par de hermosos novillos. Al terminar el embarque y volver a pasar por donde estaban madre e hijo -vimos que es un machete- no pude menos de acordarme del día en el que los utreros que iban en el camión fueron herrados, de recordar cómo han ido creciendo entre las encinas de El Gustal y de imaginar cómo será dentro de tres o cuatro años ese becerrillo que me encontré al abrir la portera. Seguro que se convertirá en un utrero tan hermoso como sus hermanos. ¡Qué embistan mañana!
par de hermosos novillos. Al terminar el embarque y volver a pasar por donde estaban madre e hijo -vimos que es un machete- no pude menos de acordarme del día en el que los utreros que iban en el camión fueron herrados, de recordar cómo han ido creciendo entre las encinas de El Gustal y de imaginar cómo será dentro de tres o cuatro años ese becerrillo que me encontré al abrir la portera. Seguro que se convertirá en un utrero tan hermoso como sus hermanos. ¡Qué embistan mañana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario