El viernes Joaquín Olivera Peña, nueve veces campeón de España de Doma Vaquera, dió el pregón en Ciudad Rodrigo de la Peña “ La Garrocha”. Para empezar dijo algo que a muchos hizo recordar tiempos mejores: “El Campo Charro no necesita pregoneros”.
Una frase que me encantó fue la de que " un buen caballo de doma siempre tiene que ser un buen caballo de campo".
Durante el pregón hizo constantes alusiones a unos versos que no hace mucho me dedicó mi querida Rosa.
La versión de Don Alvarísimo es menos completa que la "versión charra" de Juan Carlos M. A., que es esta:
DESPACIO, como planean las águilas los cielos sobre las reses muertas.
DESPACIO, virtud suprema del toreo y del temple.
DESPACIO, como se apartan los toros en el campo.
DESPACIO, como se reúne y se pone un potro en primavera.
DESPACIO, como se monta el palo y se templan las “echadas”.
DESPACIO, como debe hacerse una ganadería brava.
DESPACIO, como se escribe y se “siente” las noches de madrugada.
DESPACIO; como se besa se quiere, como se canta y se bebe, como se reza y se ama. Como se vive y se muere...
DESPACIO...
3 comentarios:
A ver si vamos a tener que ir para allá unos cuantos jinetes marismeños (Joaquín incluído)para arreglar el desaguisado de Ciudad Rodrigo! (Es broma).
¡No vendría mal del todo Puntillero!jajaja
Sencillamente precioso.
Asiente uno que va despacio por la vida, aunque a veces parezca lo contrario...
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