Cuando la casta se convierte en genio se ve lo que ha pasado hoy en Madrid. Toros a la defensiva, sin entregarse y pegando arreones que en cualquier momento te llevan por delante. La plaza se ha llenado, y muchos no son los habituales de cada tarde, y eso se nota. No entiendo que a varios toros no se le haya pitado en el arrastre. Se esperaba mucho –yo incluido- de esta ganadería porque Ricardo Gallardo está echando toros importantes en algunas plazas. Pero Madrid se le resiste. El tercero, el cuarto y el quinto eran hijos del mismo semental y bien poco se han parecido. El único que ha roto un poco fue el tercero pero tampoco fue digno de recordar. Y lo del primero si que me mosquea porque desde que salió hizo cosas extrañas, le ponían el capote delante y ni lo miraba, al cuerpo si que se arrancaba pero a los engaños no, del caballo salía despavorido y en banderillas se puso harto complicado. No quiero pensar mal, pero me dio la impresión de que estaba toreado.
Y un detalle que aún no había visto en ninguna de las corridas de toda la Feria: los seis toros han escarbado.
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