martes, 16 de enero de 2007

¿HAN ENCONTRADO YA LA MANO NEGRA?


Hace casi cuatro meses de la corrida de los hierros familiares del maestro Capea en La Glorieta y aún estoy esperando que me digan que pasó con los toros después del cruce de acusaciones que hubo en los días posteriores a la celebración de tan magno evento.
Don Pedro Gutiérrez Moya declaró poco después del termino del festejo : "Estoy convencido de que manipularon mi corrida. En el sorteo no noté nada raro. Los toros estaban normales y, bueno, se te puede escapar uno, pero los siete es imposible. Conozco perfectamente las reacciones de mis toros y ni si quiera corrieron por la plaza haciendo amago de saltar como es habitual en ellos. Es más, todos tenían reacciones raras en los cuartos delanteros". También dijo algo parecido a: " Esto no puede quedar así, y en cuanto tenga una conclusión la diré".
Por contra el señor empresario contestó : " Cuando los toros embisten nunca hay una mano blanca, pero cuando no embisten siempre hay una mano negra (...) Son varias las veces en las que se lo he oído. Cuando llevó una corrida a Sevilla también dijo que otra mano negra le echó al encierro algo en el agua(...)Todo me parece una idiotez por parte de Capea. que se encargue él de buscar la mano negra".
Imagino que nunca sabremos que pasó con los "murubes", al igual que con la corrida de Montalvo de 2005, en ambas salían los toros borrachitos perdidos y se dijo que se buscarían culpables. Como "premio" Montalvo no lidió en la feria pasada, y espero que la del maestro sea recompensada de la misma forma.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

A Capea el taurineo le viene achacando ser muy inteligente, de esas cabezas bien amuebladas con tresillos rococós, gabinetes isabelinos, consolas de estilo imperio y algún detalle de cerámica popular. Mentira: Pedro Moya es uno de los seres más torpes, a mi manera de ver, pues pretende ser el primero en todo, basándose en evidentes mentirar como si el común fuera tonto, cuando el tonto es él por no medirse. En cuanto al niño, siento miedo al verlo torear.

Anónimo dijo...

Margo, parece mentira. ¿Cómo puedes hablar así de uno de los paradigmas, maestro del toreo y figura indiscutible de los años 70/80?. ¿Crees que hay derecho a poner en tela de juicio a uno de los últimos ganaderos románticos que se ha jugado su hacienda y su patrimonio, ganado a fuerza de sangre, sudor y lágrimas, con el noble objetivo de recuperar para la fiesta el encaste Murube?. ¿Te parece bien critar a su hijo, bendita sea la rama que al tronco sale, al que tantos esfuerzos y sufrimientos le ha costado el llegar a ocupar el lugar destacado que se ha ganado a pulso en el escalafón?. No, Margo, no. Reflexiona, sé justa y piensa que la envidia que te corroe y obnubila es la que te impide apreciar, con un mínimo de objetividad, la impoluta trayectoria artística, profesional y humana de esta familia, ejemplo en el que deberíamos mirarnos todos aquellos que nos consideramos personas decentes.

Anónimo dijo...

Batialai,pero le has estado dando al morapio? o al Txakoli

V. Sánchez López dijo...

Querida Margo, estoy totalmente de acuerdo en todo lo que dices. Pobritos...

Anónimo dijo...

Margo, ¡Socorro!. Mira lo que pasa por rebatirte en tu comentario de tus ídolos y los míos. Hay hasta quienes se lo toman completamente en serio.

V. Sánchez López dijo...

Betialai también estoy completamente de acuerdo, porque sé que no sientes lo que has escrito y además tienes toda la razón. No puedes estar más acertado, porque cualquier parecido con la realidad es puta coincidencia

Anónimo dijo...

Jejeje. No medí bien, quise ser tan irónico que me pasé tres pueblos y, en vez de darle el sentido que pretendía, me salió en un tono que más bien parecía una defensa a ultranza del Rey de la Zapatilla y su retoño, y un encarnizado ataque hacia la pobre Margo. Casi te formo un auténtico motín, lo siento.

Anónimo dijo...

Pero bueno, ¿es que la gente no tiene sentido del humor?. Ahí va la mía, la otra noche me tomé una cerveza de más y, acostada, zzz, me dio por soñar con Verónicas de alhelí. Oye, Betialai, el torero no era otro que el pobre Capeína. Qué pesadilla, me desperté, y no tuve más remedio de coger una foto de Gitanillo de Triana, que tengo en casa, para no romper a llorar. En cuanto al papi de este muchacho, cada día me acuerdo más de Alfonso cuando aseguró por escrito que este señor le había echado a lo de Murube un toro de Atanasio. Pero si lo de Urquijo es bajito, paticorto, con mucho pecho y unos rizos en el cuello prietos como los de los mulatos habaneros. Ahora le salen zancudos, que alguien me ate esa mosca por el ala.