miércoles, 4 de octubre de 2006

DEL ESPLENDOR AL OCASO

Anoche a las 2 de la mañana tomando chocolate con churros mi amigo Juanjo me propuso ir a ver la renovada plaza de tientas de Pedraza de Yeltes. Él es sobrino-nieto de Domingo Fonseca, la persona que tuvo que vender la finca por su mala administración.
Antaño señera y con un regadío envidiable, hoy no es ni la sombra de lo que fue.
En 1957 Maria Antonia Fonseca en pleno esplendor de producción agrícola y ganadero de la finca decidió comprar un lote de vacas y un semental a Juan Pedro Domecq y Díez. Fueron la primeras reses de la nefasta familia jerezana en tierras salmantinas. Cuando murió Maria Antonia la finca fue a la deriva y esas reses fueron a parar a manos de uno de los ganaderos más listos que ha tenido Salamanca, José Matías Bernardos, “El Raboso”. Después de pasar la finca por varías manos, el año pasado los Uranga han vuelto a traer ganado bravo a Pedraza. Otra vez vacas y sementales de sangre Aldeanueva-Domecq pisan los mismos prados donde se gestó este encaste. Las hembras en su mayoría con el hierro de El Pilar, alguna de Pío Tabernero y los tres padreadores están marcados también con el hierro propiedad de Moisés Fraile.
Al terminar de ver la plaza y cómo aquí no hay toros aún, decidimos acercarnos a Sepúlveda, que está muy cerquita. Otra finca, con dos ganaderías “El Sierro” y “Sepúlveda de Yeltes”, que estuvo en lo alto y que ahora no levanta cabeza. El viernes veremos si los de Iñigo no se parecen a los de su tío Luis del domingo pasado.
Se nos hace ya tarde y decidimos volver a casa, y siempre que vuelvo de algún viaje a alguna dehesa que fue importante y ahora no está en su sitio no puedo menos de pensar que tiene razón esa canción que dice: “ Cualquier tiempo pasado nos parece mejor....”.

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