Si el señor Agustín de Mendoza y Montero, VI conde de la Corte, y su sobrino Luís López Ovando ven la corrida de ayer lidiada en Las Ventas no creo que pensaran que eran de su ganadería. Luís Guillermo López Olea ha transformado a la madre de casi toda la cabaña brava española en una vacada de moruchas. Una de las más bravas en el caballo y que” hacía el avión” como pocas no puede echar seis toros tan mansos. Muy grave debe estar la situación para que ni siquiera embistieran los dos últimos, sobre todo el marcado con el hierro de la madre del actual titular.
Ojala sólo fuese un mal día, pero tengo la sensación de que a los toros del Conde va a costar recuperarlos.
1 comentario:
Seis cabras, mansas, más feas que Picio. Mucho ojo, por otra parte que este señor conde fue un precedente clarísimo de Juan Pedrito, infectando toda la cabacha brava en cuanto puso de moda Parlade.
Margo Channing
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