GANA EL TAURINEO

La puerta grande de Matías Tejela no es más que la culminación de todos los despropósitos que están sucediendo en los últimos tiempos en Madrid.
A la afición más dura de España ya la han amansado, el trapío de los toros, que no el tamaño y el peso, ha bajado bastante, la flojedad de algunos animales ya no es ni protestada, la mala lidia no se pita. Nadie dice ni pío.
Ahora el presidente permite que el callejón este lleno de figurantes y gente que nada debe pintar en un lugar en el que deberían de estar los justos. El presidente cambia el tercio en cuanto el toro recibe el segundo picotazo, ni espera a que salga del caballo. Esto ha cambiado y no precisamente para bien. Ni ministras, ni eurodiputados, ni ecologistas, con esta mierda de Fiesta acaban con la afición, la verdadera afición.
Además, con los comentarios que realizan los que transmiten las corridas o con las crónicas que se leen en la mayoría de periódicos, la gente está totalmente desorientada. Se la engaña, no se le abren los ojos, al contrario, se siguen tapando las mentiras y las trampas. Horroriza escuchar los gritos y las voces de los señores de Digital Plus. ¡Qué poca vergüenza! ¡Cómo se les nota quién ha pasado por caja y quién no! Lo de ayer clama al cielo. Se hartaron de jalear a Tejela y además parece que exigiesen al público pedir trofeos para su torero. Y se cumplieron sus deseos. Se premió el destoreo. Se premió la mentira. Y esto es lo que acaba con La Fiesta, con la verdadera Fiesta en la que creo y a la que quiero, esa a la que los taurinos están matando.