Ayer no vi la corrida, ¡menos mal! No puedo hablar de ella, excepto en la forma en la que se derrumbó dos veces el quinto antes de que volviese a los corrales. No doblaba las manos ni arrastraba las patas traseras, se desplomó literalmente. No vi nada más que ese primer tercio de ese toro hasta que sacó el presidente el pañuelo verde. Puede que fuera el pienso, aunque mucho me temo que lo de ayer fue más grave.
2 comentarios:
Esos desplomes tienen una explicacion logica y fisiologica, otra cosa es que los aficionados quieran entenderla. Es mas facil achacarlo a la falta de casta, seguir vendiendo esa burra....
Es cierto que tiene explicación lógica, fisiolólica y médica pero como no analizan ninguna víscera, y si lo hacen, no dan resultados pues no sabemos que pasa realmente si el pienso, una enfermedad o o una indigestión.
Ah, yo no soy vendedor ni de burras ni de burros, mejor dicho, no vendo nada.
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