sábado, 28 de octubre de 2006

GUERRA ABIERTA ENTRE DUQUE Y BLANCO.

Ayer me encontré con un amigo que hacía tiempo que no veía y me comentó si había tenido la oportunidad de leer la semana pasada una carta al director que firmaba Andrés Duque en Tribuna de Salamanca. Le dije que no, y me pidió que en cuanto tuviese ocasión lo ojease. Anoche cuando llegué al pueblo le eché un vistazo y esta mañana cuando abro el periódico observo con detenimiento que Javier Blanco (padre) le ha respondido.
Me informan que esto viene de atrás, quizás del día en que Duque presidió un festejo en el que actuaba el ex-novillero Javier Blanco y tras el cuál Andrés recibió alguna amenaza por no haber concedido algún premio más al muchacho. Después vino lo del artículo de Lances( según el padre no se refiere a Andrés), que cada uno puede interpretar como quiera, pero lo que ya me asusta de verdad- si fuese cierto- es que al periodista le hayan amenazado durante la Feria de Salamanca, algunos matones enviados por el fotógrafo. No sé quién es quién en esta historia pero desde luego no me gusta nada.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo peor de esta historia es lo de siempre, que se intente coartar la libertad de expresión.
Me apena mucho que le hagan estos supuestos favores a Blanco. Le tengo por un tío sensato y cabal. Las veces que lo he tratado me ha dado muy buena sensación. Si en su entorno se comportan así, mal vamos. No merece esta "defensa".

V. Sánchez López dijo...

Estoy de acuerdo contigo Rosa, absolutamente en todo.

Anónimo dijo...

Si yo hablara en plan fotógrafa... De momento el muchacho no sirve, en el toreo, ni para taco de escopeta, carece de valor.

Anónimo dijo...

LA usuaria anónima se trata de Margo Chaning, una manazas a la hora de controlar este medio.

Anónimo dijo...

La guerra abierta entre dos tontos carece de importancia. Vicente, por favor, escribe de cosas importantes como de costumbre. Gracias.

Anónimo dijo...

Como aficionado vasco, sólo puedo decir halagos del señor Duque. Un hombre con aristas pero sincero y leal, que ha luchado mucho por informar de toros en el País Vasco y que su afición desmedida por torear en el campo (dónde le he visto en más de una ocasión) hace que parezca a veces un personaje excéntrico, pero sincero siempre. He seguido de cerca esta historia, y efectivamente, todo viene a raíz de no conceder el señor Duque una oreja no merecida a ese torero en una corrida en Orduña. A partir de ahí el acoso y derribo del padre del "figura" ha sido constante. Creo que Blanco se ha metido en terreno pantanoso y está obrando ridículamente en cada manifestación pública, quedando en entredicho la futilidad y poca diginidad de su hijo ""torero""