No sé por qué se le puso el nombre de Unión de Criadores de Toros de Lidia cuando jamás, si acaso en la primera época, ha sido una “unión”. Se fundó para defender y proteger los intereses de todos los ganaderos pero desde hace tiempo cada uno tira para un lado. “El pez grande se come al chico”, como toda la vida de Dios.
En 1962 un ganadero charro sufrió un infarto que le causó la muerte después de llegar de Madrid de una reunión de la Unión de Criadores. Ese día podía haber cambiado la historia de la cría del toro de lidia. Los ganaderos salmantinos propusieron establecer un máximo de madres en cada ganadería. La asamblea no consideró la propuesta. Llegó la época de bonanza y hubo vacadas que multiplicaron los panes y los peces. Y de aquellos polvos vienen estos lodos.
Ahora que Tomás Prieto de la Cal dice lo que muchos pensamos la que se lía es parda. Pero también dice que unas tienen más empuje que otras. Cierto es, porque cada ganadería es lo que quiere el ganadero. Mejor dicho, cada toro se parece a lo que entiende por bravura su propietario y conceptos de bravura hay casi tantos como ganaderos o aficionados.
La cría del toro de lidia, a veces bravo, siempre ha estado, está y estará ligado a la evolución del toreo, y del público. Hoy se busca el toro que permita hacer las interminables faenas de muleta a las que el público se está acostumbrando. Y esas costumbres, casi convertidas en norma, hacen que si un toro no permite la faena “estándar” sea marginado, vetado y condenado a muerte.
Hace décadas Juan Pedro Domecq y Díez dijo: “Los ganaderos no deben dejarse tentar demasiado por buscar las condiciones de lidia comerciales, porque es indiscutible que lo que es comercial hoy, por falta de fiereza o por borreguismo, puede degenerar en franca mansedumbre en las siguientes generaciones”
En un futuro próximo, y ya lo estamos viendo, muchas ganaderías desaparecerán y desgraciadamente las primeras serán las que menos vendan. Y por norma general los que menos venden son los hierros a los que los toreros le ponen más peros… Pero ya se ha escrito mucho sobre esto, y se escribirá, y no quiero aburrir aunque me encanta el debate que se ha establecido gracias a la opinión de un ganadero.
Curiosamente en la misma entrevista Tomás respondió a una pregunta sobre el paso del toreo al Ministerio de Cultura con esta frase: “Creo que se tendrían que resolver cosas más importantes desde dentro del toreo. Que unos señores vayan a un Ministerio y tengan que irse después a un hotel a dar la rueda de prensa no lo veo nada lógico”.
¡Ahí queda eso! ¿Por qué ninguno de sus compañeros le critica esas palabras? Igual, la mayoría piensa lo mismo... y se callan.
P.D.- Menos mal que siempre quedan GANADEROS, que no sólo viven del toro sino por y para el toro.
