Sinceramente, me esperaba un petardo pero no una traca entera. Han salido por chiqueros desde
novillejos inválidos a babosas descastadas pasando por un toro -el quinto- manso declarado con más guasa que la madre que lo parió.
De pena que en una plaza como Valencia, que se supone de primera, no se haya ido hoy a los corrales más de un "
juampedro". Corrida
descastada, floja, desigual, de saldo... y "
lavadita" de cara.
Y una tarde cómo la de hoy no puede empezar de otra forma que con un primer torito
regordío, que no rematado, saliendo del chiquero ya picado con el arpón de la divisa. Se veía que no le hacía falta puya y Julio Aparicio dio instrucciones para que así fuera, pero lo que el torero no esperaba es que a cada pase de pecho el torito se derrumbara en el inicio de faena. Luego se quedó como lo que era, una babosa que iba y venía sin emoción ninguna. Además, en una de las veces que dobló las manos aprovecho para echarse cómodamente en el ruedo valenciano, cual toro bravo en la dehesa después de comer, ¡qué estampa más bonita en una plaza! De pena.
El segundo, de pelo jabonero, estrecho de carnes y
anovillado cara, también nos deleitó con esas cosas propias del descaste y la mansedumbre. Una prueba: cuando entra al caballo la primera vez, el equino se acuesta tanto que acaba cayendo y el toro, en lugar de
encelarse con este, salió suelto hacia terrenos de chiqueros, ¡qué cosas! En la muleta de
Morante se quedó
calamocheando por la falta de fuerza, y de raza. Otra
basosa con el viejo hierro de
Veragua.
Salió el tercero,
anovillado, y nada más tomar el capote demostró que no andaba
sobredo de fuerzas. Se
similó la suerte de varas en los dos picotazos y el torete dobló las rodillas, como buen cristiano, un par de veces al salir de los encuentros.
Cayetano aprovechó la ocasión que le brindó el
perritoro para dar pases y en una de esas el "
juampedro", hacia los adentros como los mansos, se lo tiró a los lomos.
El cuarto, mejor presentado que los anteriores, salió suelto al tercer capotazo de recibo y no humillaba mucho por la falta de fuerzas, y sin picado -¡que hoy no se ha picado!- el animal se ha caído un par de veces antes de dolerse en banderillas, quedarse refugiado en tablas, escarbando , y embestir a tarascadas y pegando hachazos en la franela de Aparicio.
Sale el quinto, el que le gustaba a todo el mundo, el que el año pasado estuvo aprobado para Madrid, el que NUNCA le debería salir a Juan Pedro porque como le salgan media docena de estos las figuras le dejarán en la cuneta. Con este toro se ha visto
perfectamente, aparte de que por dentro estaba vacío, lo que puede hacer un astado
corraleado. ¿Cuántas plazas había visitado este bicho además de Las Ventas? No llegaba a tablas, frenándose peligrosamente en los capotes, cómo sabiendo que había algo raro, con un trote cochinero impropio de algo que se suponga bravo, saliendo por patas en cuanto siente la puya, difícil de banderillear e imposible de dar un pase. Un joya que vuelvo a repetir, bien creo que sea lo que más preocupe a Juan Pedro de toda la tarde.
Y llegamos al sexto, un guapo colorado, que sale con mucho más brío, que se estrella contra las tablas, y que demuestra en el saludo capotero que no puede con el alma. Dos picotazos que ni para un análisis y se derrumba un par de veces. La faena de
Cayetano casi ni la he mirado porque cada vez que levantaba la vista hacia el televisor veía el toro en el suelo así que...
En definitiva, corrida petardo de Juan Pedro
Domecq Solís, ganadero parlanchín que todo lo que dice que debe tener un toro BRAVO no lo tiene en su ganadería. Él sabrá lo que hace...
NOTAS IMPORTANTES:
-El presidente hábil toda la tarde para cambiar de tercio a la menor, no siendo que se escuchen algunas protestas por la manifiesta invalidez de alguno de los astados.
- El público demasiado blando, muchas cosas que se han visto hoy no se pueden, ni deben, aguantar.
-Siento haberme extendido tanto, pero me he quedado tan a
gustito...