toros, con el ulterior hundimiento de precios; la competencia desleal de los nuevos criadores que llegan a la ganadería brava con afán de lucimiento social y/o para lavar dinero de otras actividades, ajenos a los usos, la mentalidad y la economía de los ganaderos tradicionales, y, en fin, la eliminación galopante de las castas bravas que no están en la onda “fashion”. En tal sentido, es indiscutible que la hegemonía de la sangre Domecq en la cabaña brava actual resulta excesiva, pero es preciso matizar que ello es imputable al mercado taurino y a los criadores que compran reses de este origen para “figurar” cuanto ante en las ferias, no a la “bondad” o “maldad” de la familia jerezana, cuyo éxito como creadora y mantenedora de una magnífica casta brava se nos antoja incontestable, y aprovecha el tirón de la misma manera que lo hicieron los ganaderos “de moda” en todas las épocas.»Unas cuantas líneas de la introducción del interesante libro “Las Claves del Toro” de Joaquín López del Ramo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario