miércoles, 10 de diciembre de 2008

SOBRE EL MONOENCASTE

«…. El taurinismo especulativo es la mentalidad que predomina en el ámbito empresarial, del apoderamiento, de los toreros y de los mismos ganaderos. La especulación impone la cantidad sobre la calidad; el negocio rápido: “llevárselo” pronto y fácilmente sin reparar en los medios; la búsqueda de la comodidad a toda costa y sin pudor; el fraude con chulería; el rechazo sistemático de ciertas castas porque está en el ambiente y quitan “categoría”; el toro de boba docilidad sobre el bravo con nobleza, y el “todo vale” en las tientas porque todo se vende. Consecuencias de ello son la falta de regularidad de las ganaderías; la sobreabundancia de toros, con el ulterior hundimiento de precios; la competencia desleal de los nuevos criadores que llegan a la ganadería brava con afán de lucimiento social y/o para lavar dinero de otras actividades, ajenos a los usos, la mentalidad y la economía de los ganaderos tradicionales, y, en fin, la eliminación galopante de las castas bravas que no están en la onda “fashion”. En tal sentido, es indiscutible que la hegemonía de la sangre Domecq en la cabaña brava actual resulta excesiva, pero es preciso matizar que ello es imputable al mercado taurino y a los criadores que compran reses de este origen para “figurar” cuanto ante en las ferias, no a la “bondad” o “maldad” de la familia jerezana, cuyo éxito como creadora y mantenedora de una magnífica casta brava se nos antoja incontestable, y aprovecha el tirón de la misma manera que lo hicieron los ganaderos “de moda” en todas las épocas.»



Unas cuantas líneas de la introducción del interesante libro “Las Claves del Toro” de Joaquín López del Ramo.

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