viernes, 12 de junio de 2009

REGRESAMOS

"Hoy día la corrida de toros es un simple producto de consumo, como lo son igualmente las figuras del toreo y el resto de integrantes de la cadena de producción del espectáculo. El torero ha perdido mayoritariamente el sentido y la capacidad de la lidia y parece programado para repetir únicamente la misma faena ante el mismo tipo de toro (descastadfo, suave, blando y carente de toda emoción) impuesto por los amos del "circo taurino".

A base de enfrentarse siempre a un ejemplar sin contenido alguno, cuyas mayores complicaciones son la falta de fuerza y falta de interés por acometer los engaños, los toreros son cada día más incapaces de solventar cualquier tipo de dificultad emanada de la casta y se ven desbordados o se acobardan cuando sale un toro que conserva algo más que reminiscencias de bravura y repite media docena de embestidas.

Quienes manejan el entramado organizativo de la Fiesta son conscientes de estas limitaciones crecientes en la capacidad de los diestros y por ello velan escrupulosamente para que sólo salga a la plaza el tipo de toro que no complica la vida a los profesionales del toreo y además, en la generalidad de los casos, que salga de la forma que resulte más agradable para los diestros, de modo que el fraude mayor no es la mutilación de las defensas de las reses, sino la manipulación genética para mermar o eliminar su casta.

El concepto de espectáculo taurino manejado por los profesionales se basa en la ignorancia de lo que es un toro de lidia que tienen la mayor parte de los asistentes a las plazas, mientras que los verdaderos aficionados que ocupan los tendidos son una minoría. Así las cosas, se intenta aburrir al aficionado serio para que deje de ir a los cosos y se promocionan socialmente las figuras del toreo para que la mayoría de las plazas se llenen de un público festivo, ávido seguidor de la prensa rosa y sin exigencia alguna. Este tipo de clientela profana en la materia no tiene interés real por el espectáculo taurino, sólo le interesa ver de cerca a los toreros del momento, va a rendir pleitesía a sus ídolos y aplaude con el mismo calor a lo bueno que lo inadmisible.

Pero para los rectores de la Fiesta estos "aficionados eventuales" tienen muchas ventajas, ya que realizan su aportación económica en las taquillas de las plazas y no plantean problemas a la hora de admitir como bueno un espectáculo adulterado, devaluado o degenerado como el que se está ofreciendo tarde tras tarde, feria tras feria."

Texto extraído del epílogo de "El Toro de Santa Coloma" escrito por Adolfo Rodríguez Montesinos.


P.D.- Después de unos días de "empacho" de campo, volvemos a la red con las pilar recargadas. Para empezar me entero de que ayer recharazon ¡17 toros! en Granada, en el cartel los hermanos Rivera y El Fandi, imaginaros como serían los toritos que envió Santiago Domecq... ¿Por qué no enchironan o empapelan a alguien de una puta vez?

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