miércoles, 14 de septiembre de 2011

UNA ALEGRIA




Eso es lo que he sentido al leer un comentario de uno de los muchos nietos de don Lisardo Sánchez, ese ganadero que empezó desde abajo y llegó a lo más alto. Palabras que uno agradece y que valora mucho porque son vivencias, historias, verdades del Campo Charro que nada tienen que ver con la pantomima en la que entre unos cuantos han convertido la feria charra. Pero bueno ese es otro tema a tratar y prefiero dejaros con lo importante, el comentario:

Bueno no se por donde empezar, la verdad es que me he quedado un poco sorprendido al encontrar este blog y no me he podido resistir a escribir en él.

Antes de nada quiero agradeceros a todos por vuestros comentarios y sobre todo a Vicente Sánchez por su artículo y por admirar a tres personas de las que yo también he sido y seguiré siendo admirador aunque desgraciadamente las tres ya hayan desaparecido: en primer lugar a D. Lisardo, mi abuelo y mi ejemplo de superación diaria; en segundo lugar a Lisardito, mi hermano y mi ejemplo de persona humana, generosa y honesta y en tercer lugar a Alfonso Navalón, mi amigo, el que me salvo la vida de entre los pitones de una vaca en un tentadero en Estaban Isidro y mi ejemplo de persona honrada y veraz.

Los tres, cada uno a su estilo fueron personas irrepetibles. Los tres pasaron por la vida dejando un montón de amigos y por supuesto algunos grandes enemigos, lo que los hace aún más grandes.

Tengo que reconocer que me ha hecho tanta ilusión o más encontrar en este blog el comentario de familiares de personas que trabajaron codo con codo con mi abuelo, con mi padre Román, al que no puedo dejar de recordar todos los días ya que fue junto con mi madre la persona más importante en mi vida y la más trabajadora que he conocido, con mi hermano Lisardo o conmigo mismo. En especial a Elvira ya que tuve el placer de pasar junto a sus abuelos Juan Manuel y Guadalupe nuestros últimos días en el campo junto a las vacas en Valdeherrero. Cuántas veces Elvira he contado y contaré historias de tus abuelos, cuantas veces recuerdo las interminables noches de invierno a la luz de la candela de casa de tus abuelos repasando con Juan Manuel las notas que un rato antes mi hermano y Ramiro el Mayoral habían puesto a las vacas que se habían tentado ese día.

Pero también recuerdo haber oído hablar del abuelo del Anónimo que escribe desde Jaén, aunque yo no lo llegué a conocer y de su destreza para domar cabestros. Siempre oí contar la cara que se les quedo a D. Juan Pedro Domecq y a Antonio Ordóñez cuando durante el encierro de una corrida para Sevilla en Botoa, ya en la manga y muy cerca de la puerta de entrada a corrales a una voz de tu abuelo toda la parada de cabestros se tiró al suelo haciéndose los muertos y entraron en corrales únicamente los seis toros. O de la cara que se le ponía a mi tía Pepita cuando los cabestros se arrodillaban para rezar el rosario.

A mis parientes José Luis Sánchez y Jesús A Fernández del Campo solamente deciros que aquí me tenéis para lo que necesitéis y que es una pena que los miembros de esta familia sean los que menos conozcan a sus parientes, pero bueno me imagino que es normal en una familia tan larga y a veces tan distante.

Ha sido un placer leeros y entrar en contacto con vosotros en este blog. Un fuerte abrazo para todos y de nuevo gracias.

Román Sánchez.






Foto del toro Mallorcoso del hierro de don Lisardo, ganador de una corrida concurso celebrada en Zaragoza.

1 comentario:

PABLO AMAYRA dijo...

PARA SENTIRSE ORGULLOSO VICENTE.