Esto está sacado de una crónica que el gran Maestro Alfonso Navalón dedicó a una corrida de Jandilla lidiada en Valencia hace años y que fue muy parecida a lo que hoy se ha visto en Madrid. Precisamente la ganadería de Guadaira desciende de la vacada regida por Borja Domecq.
Novillos siempre arreando -en manso-, defendiéndose, sin entregarse nunca, y buscando las tablas durante casi toda la lidia. En el caballo también han dejado mucho que desear y la fijeza ha brillado por su ausencia. ¿Os ha parecido encastada la novillada?
1 comentario:
Para mi es genio.
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