viernes, 15 de junio de 2007

¿QUE ES LA ACIDOSIS?

Se define como el estado patológico de acidez elevada en la sangre. Suele presentarse con una primera fase de consumo brusco de carbohidratos de fácil fermentación, seguido de una fermentación demasiado rápida; y una segunda de absorción de ácidos a través de las papilas ruminales hacia la corriente sanguínea. La acidosis ruminal es la responsable de diferentes patologías entres las que se encuentran los abscesos hepáticos, las úlceras gastrointestinales o la laminitas.
Según un estudio del Centro de Investigación del Toro de Lidia y del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de León el manejo de la alimentación en las explotaciones de toro bravo es muy similar al realizado en una explotación de vacuno de carne. Así, una vez apartadas las corridas – de seis a diez animales-, los toros de saca son alojados en cercados pequeños y sometidos a un proceso de engorde a base de dietas ricas en carbohidratos. Si a esto le añadimos la escasa movilidad del animal durante esos meses anteriores a su lidia o una planificación incorrecta de la gimnástica funcional a realizar por las reses, comprendemos el origen del problema de acidosis ruminal con el que el toro llega a la plaza en demasiadas ocasiones. En el caso del ganado de lidia, además de la indudable merma productiva, estas patologías pueden provocar una disminución de su aptitud para la lidia, tales como la falta de fuerza, caídas, etc., que redundaría en una pérdida de calidad el espectáculo.
P.D.- ¿Dónde están los resultados de los análisis que se les hacen a los toros después de la corrida? ¿Por qué no se publican cuando los toros salen extremandamente flojos? ¿O los ganaderos son los primeros que se avergüenzan de haber echado mucho azúcar a sus toros?

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Vicente, me gustaría saber si en la zona de Salamanca para estas indegistiones utilizais el verbo implar, en desuso, como ocurre en Extremadura. Además estaría bien que nos contaras que ténicas empleais para alivar en los animales la tremenda fermentación gaseosa que, en ocasiones, se les produce en el vientre.

Manoleta

Anónimo dijo...

La culpa de esta enfermedad no la tienen los ganaderos, ya que éstos son reos de lo que les demandan los veedores de las empresas que a su vez se deben al público de sus plazas.
Acaso no sabe usted que el toro que no tenga los cuartos traseros como un charoles no sale de la finca, pues sino lo sabe se lo digo yo.
La solucion pasaria porque los publicos no pitasen cuando la tablilla marcase menos de 500 kg.
Eduque al publico y deje de echar la bronca a los ganaderos.

V. Sánchez López dijo...

Manoleta claro que se sigue utilizando el verbo implar por aquí. Seguriré hablando de estas cosas con calma.
Respecto a los consejos del amigo "anínimo" debo decir que yo no soy nadie para educar al público. Yo tengo mis opiniones y las comparto, algunos estarán de acuerdo y otros no tanto. ¿De verdad cree que la culpa de que los toros estén regordíos es del público? La afición no pita la tabilla pita las sardinas o los minitoros. Los kilos nunca dan trapío, sin embargo si hacen que el torero puede dominar mejor a un toro que se asfixia durante la lidia. Los ganaderos son complices en muchos casos.

Anónimo dijo...

La verdad es que otro gallo cantaría si no se publicase el peso de los toros en la plaza y hubiese que valorar exclusivamente el trapío. Y comenzaríamos por Madrid, donde se han lidiado muchos toros que se tapaban por la cara (una corrida hace años en otoño de Núñez del Cuvillo en la que acabó matando cuatro toros Encabo, algunos ejemplares de Adolfo Martín, etc.). En Las Ventas, si el toro tiene mucha cara nunca hay problema; lo de valorar el trapío ya es harina de otro costal.

Anónimo dijo...

Hay publicos que solo piden kilos, no ven otra cosa que culatas rematadas. Ahora bien los veedores tambien tienen culpa porque solo reseñan viendo toros demasiado puestos. Los ganaderos no tienen culpa de nada.
Me alegro de q haya un centro que se dedique a estudiar el toro y sus problemas, no todo va a ser para los toreros el rey de la fiesta es el toro.

Anónimo dijo...

Vicente, como tú sabes yo nací "debajo" de una encina en una dehesa extremeña como una becerra más. Te agradezco que me confirmes que en Salamanca se sigue utilizando el verbo implar, que yo creía que era un anacronismo propio de los criadores de mi tierra. De lo que no nos hablas es de la técnica casera para aliviarle a los animales el vientre, aunque dices que tocarás el tema más adelante. Tu amiga Manoleta te lo agradecería mucho, así como la cantidad de lectores que tienes que no se pierden un paseo diario por este extraordinario blog. Un besazo, querido.
Manoleta

Anónimo dijo...

Me permito inmiscuirme en la conversación para confirmar que se sigue utilizando el verbo "implar". Afirmo, asimismo, que no conozco otra expresión para tal efecto. En mi casa hace tiempo que no pasa, pero me acuerdo de que hace algunos años nos pasó con una vaca y se arreglaba antes y era más económico que mandar llamar al veterinario, metiéndole una goma de las de regar el jardín por la boca al pobre animalito hasta que conseguía expulsar por el orificio el aire que tantas molestias le ocasionaba. Imagino que no será la opción más ortodoxa y que habrá alguna droga que le hiciese el mismo efecto, pero por mi pueblo se hacía eso. Digo...

V. Sánchez López dijo...

Y es tan efectivo, o más, que cualquier medicamento amigo Alberto. Querida Manoleta ya te lo ha aclarado el señor de Topas.

Anónimo dijo...

A mí no me ha enseñado nada Alberto, con todos mis respetos, y me permito la erudición aunque suene a vanidad pues cada uno tenemos una formación determinada como aficionados, sino que enseña a otros aficionados urbanos que no conocen las técnicas caseras empleadas desde antiguo por los criadores cuando la farmacopea andaba en pañales. Sospecho que mucho más eficaces que la medicina actual, y esa moda de la "sanidad" a lo bestia como si los toros de casta fueran infantes humanos propensos a la diarrea.

Manoleta