viernes, 10 de octubre de 2008

LOS TOROS DEL FUTURO

Unos mansos, otros con genio y hasta alguno bravo. Denominador común: ninguno ha sido picado en regla. Alguno ni si quiera le han metido las cuerdas en sus dos “topetazos” con el caballo. Me pregunto si ese último toro, que no sé si ha recibido una vuelta al ruedo merecida o no, ha sido superior a todos los que se han indultado esta temporada de esta divisa. Me hubiese gustado verlo en otras manos. El señor Núñez del Cuvillo cría un toro que no mira a los toreros en ningún momento, que sólo ve los engaños, esté cómo esté colocado el matador. Nobles hasta el extremo, metiendo la cara como quieren los que se ponen delante y moviéndose como pide la mayoría del público. Estos animalitos, los toros del futuro, son burritos que a mí no me gustan, pero he de reconocer que hoy alguno me ha agradado aunque con algunos matices, como no verlos debidamente en el caballo y no ver hasta dónde llegaba su BRAVURA. No por embestir como un santo a la muleta doscientas veces es más bravo que uno que reciba tres varas cómo Dios manda y sólo “acepte” treinta muletazos bien dados. Hay mil formas de ver la BRAVURA, y cada uno la entiende de distinta forma pero la mía dista bastante de la este pedazo de ganadero que cría lo que mejor se vende. Y por eso le aplaudo.



P.D.- En cuanto llegan las “figuras” aparecen” los pitones más escobillados de lo normal, ¿será para que quepan mejor en sus pedazos de muletas?

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Triste, muy triste, grave, muy grave, la SUERTE DE VARAS YA NO EXISTE NI EN PLAZAS DE 1ª PORQUE FALTA TORO PARA ELLO y CASI TODOS los que fueron ayer al coso de Pignatelli TAN FELICES y coincidiendo contigo es FUNDAMENTAL para medir la BRAVURA...esto está pá salir corriendo...lo que el personal quiere son borregos carretones medio inválidos que van y vienen debiendo cuidarlos pá que no se caigan a pesar de los "raspones" en varas, con pitones "sospechosos", eso este ganadero lo ha conseguido en su máxima expresión, pero a mi eso aunque lo hagan "bonito" NO ME EMOCIONA, prefiero verlos entrenar con el carretón, pero qué decir si las ganaderías que debieran ponernos las "pilas" están de aquella manera, pues no se que nos queda, estoy hasta el gorro, de verdad, esto ya no hay quien lo soporte...no se, no se, habrá que meditar seriamente, porque esto se va al carajo y si es lo que la mayoría quiere...tiene mala componenda...el día 24 presentaremos la revista de este año y la verdad que uno se plantea ¿para qué tal como está el patio? Siento no poder transmitir otra cosa me gustaría pensar que espesimismo en lugar algo más serio : la cruda, pura y dura REALIDAD
Un abrazo
Pgmacias

V. Sánchez López dijo...

No puede estar más de acuerdo con todo lo que dices amigo Pedro. La cosa está muy negra...
¿Presentáis la revista el 24 de este mes?

Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Sí, amigo Vicentecomo hemos comentado te esperamos, vale?
Un abrazo
Pgmacias

Anónimo dijo...

Buenos días, es la primera vez que escribo un comentario, aunque leo todas las mañanas este blog desde hace varios meses.

En general estoy de acuerdo con usted, pero hoy me voy a permitir poner un "pero". Me refiero a la frase "hay mil formas de ver la BRAVURA": No se si lo he entendido yo mal o usted se ha expresado mal o ha sido un desliz o no quiere decir lo que yo he interpretado, porque esa frase no me cuadra en absoluto con su línea habitual de opinión. Desde mi punto de vista la bravura es la bravura, un toro bravo es un toro bravo y un toro que no lo es no lo es, sólo hay una manera de verlo; otra cosa es que algo tan sencillo de apreciar (que hasta un modesto aficionado, poco entendido como yo aprecia) sea tan dificil de definir, y por eso cada uno dé su definición de la bravura -que no es sino siempre la misma cosa- y otra cosa también es que diferentes toros de diferentes encastes expresen esa bravura de manera diferente. Un toro que pega una espantada delante del caballo no es bravo, por mucho que se trague 150 muletazoso incluso embistiendo con boyantía.

Creo que eso de que "cada uno la entiede [la bravura] de distinta forma" es esencialmente lo que esta matando nuestra fiesta y lo que la lleva a un camino quizás sin retorno: muchos ganaderos han entendido como bravura (o se han visto obligados por los intereses creados a entender como bravura) algo que no lo es y por eso estamos como estamos.

Solo me queda decir que me gusta mucho su blog y que espero que siga durante mucho tiempo luchando por una fiesta íntegra, en la que el toro sea considerado el elemento importante en lugar de, como es ahora para muchos, un mal necesario.

V. Sánchez López dijo...

Amigo Oscar, aunque no nos conozcamos permitamé esta familiaridad, creo que usted tiene bien claro lo que es la bravura. Y su punto de vista está tan cercano al mío que no creo que sea muy diferente. Es más, cómo usted bien dice BRAVURA SOLO HAY UNA. El problema de las mil formas que digo yo es por conceptos, como bien dice usted por los intereses que se han creado en buscar una nueva BRAVURA, que poco tiene que ver con la VERDADERA BRAVURA.
Habrá que tratar el tema más ha fondo.
Un saludo, y gracias por su comentario.

Anónimo dijo...

¿Qué vende un ganadero? Creer que vende bravura y que su cliente es el público es elevar a categoría el slogan comercial de un genio de la ganadería... y de la mercadotecnia que se llama "Vitorino". Caso único y tan irrepetible que ni él mismo consigue reproducirlo con los "barciales" de su segunda marca.

¿Por qué? Porque el mercado del "producto toro" es tan limitado que solo da para un fabricante. El mercado del "producto torero" es más amplio y determina la demanda de la "materia prima toro" -esencial pero solo materia prima- los clientes del ganadero son, pues, los toreros y su producto es la "toreabilidad". Elaborar ese producto, en contra de su opinión, no es fácil, no se consigue eliminando o restando, o rebajando. Todos quieren que las figuras pidan sus toros pero pocos lo consiguen. Y a ninguno de ellos le resulta sencillo echar toros como el quinto de Valdefresno o el "Idílico" de Cuvillo.

Por cierto he visto el video de las curas en el Grullo de ese toro y después de tanto corral, tanto camión y tanta puerta, con el morro sangrando de los derrotes, en la manga luce unos afilados pitones.

Anónimo dijo...

Amigo Vicente (ya que has empezado tu, me voy a permitir tanto la familiaridad como el tuteo, si no te molesta).

Como te decía en mi comentario, no me cuadraba esa idea con tu línea de opinión y, despúes de leer durante algunos meses tus opiniones, no me cabía ninguna duda de que "la casta y bravura a la carta" no está precisamente en tu ideario.

Hice el comentario porque creo que no debería quedar ninguna duda a ese respecto. Ya te dije que soy un aficionado modesto y poco entendido. Añadiré que trato de leer y aprender todo lo que puedo y, como pienso que habrá otros como yo leyendo este y otros blogs, pense que era buena idea despejar dudas sobre el tema y no dar la falsa impresión a otros de que la casta y la bravura es algo que se pueda interpretar a nuestra conveniencia (bueno, a nuestra conveniencia no se interpreta nunca -por desgracia- más bien a conveniencia de quienes tu y yo sabemos).

Te reitero mi enhorabuena y mando a todos los lectores un afectuoso saludo

Anónimo dijo...

Señor Graciliano, tiene parte de razón en lo que dice... pero lea ahora este simil comercial:

¿Que vende un fabricante de tornillos?.. tornillos, claro. El fabricante de coches -que es el cliente del fabricante de tornillos- querra que los tornillos sean lo más baratos posible y muy estéticos si es que van a estar a la vista. Pero si un día, la rotura de un tornillo en el motor de mi coche, me provoca una avería de 2000 euros, seguramente no volveré a comprar un coche de ese fabricante.

Puede ser verdad eso de que el verdadero cliente del ganadero es el torero, pero no olvide quien es quien abre la cartera y pone los billetes en el mostrador de la taquilla.

Pd: Ni fabrico tornillos ni tengo puñetera idea de coches, pero creo que el simil se entiende bien ¿o no?

Anónimo dijo...

Oscar: El símil se entiende a la perfección, siguiendo con él, aquí el fabricante coche nos ha convencido de que sus coches son malos por culpa de los tornillos, y así: que si me miraba (?) que si no transmitía (?) que si le faltaba movilidá (?).¡Vamos que el que tiene que saber torear es el toro!

La prensa ignorante les hace el caldo gordo pero que los que sí sabemos qué es un toro y cuánto cuesta criarlo, venderlo y ¡ay! cobrarlo ¡tambien carguemos las tintas contra el pobre animalito que despues del bajonazo no puede decir ni mu!

Una estructura podrida da frutos podridos, y así el que pide simplemente honestidad es tachado de enemigo de la Fiesta, mientras que el fabricante -vuelta al símil- que compra deliberadamente tornillos gripaos para ofrecer a su público un simulacro de toreo recibe trato de figura.

Cuando a veces parece que no estoy de acuerdo con Vds. simplemente quiero -que por exceso de romanticismo- no equivoquen el derrote y peguen el revolcón a quién no se lo merece.

Anónimo dijo...

Graciliano: Yo no quiero dar revolcones a nadie, mucho menos a los ganaderos. Simplemente digo algo que a mi me parece una obviedad: se quiere el toro a medida, se quiere redefinir la bravura y se quiere eliminar la casta de las plazas -por cierto, que muchos de los que quieren eliminar la casta, después reclaman que los toros transmitan, lo que es una contradicción en si misma.

Y de todo esto, no creo que los ganaderos sean los principales culpables. Al fin y al cabo, ellos tienen que vender los productos que crian y todos sabemos que muchos ganaderos se tienen que comer sus animales con patatas porque, sencillamente, nadie quiere lidiarlos. Por otro lado, sinceramente, no sé lo que cuesta criar un toro y tampoco sé lo que cuesta venderlo (pero esto último me lo imagino, porque en los presupuestos de las fiestas de mi pueblo, lo único que no ha subido en 15 años es el precio de los erales que se lidian).

Definitivamente no se puede pensar que la mayoría de los ganaderos quieran esto porque a la postre son perjudicados: pérdida de prestigio del hierro, animales que se caen, animales que no embisten, ganadería que cae en un pozo sin fondo del que cuesta un mundo salir, etc. Lo mismo pasa con el afeitado, si un ganadero afeita se llevará la sanción, pero la realidad es que el ganadero no es el que tiene que ponerse delante del toro y por tanto no es él el interesado en que el toro salga sin pitones.

Lo que si creo, es que hay ganaderos que se plegan a los intereses creados, que no son los suyos ni los de su colectivo.

Tenga quien tenga la culpa de todo esto, en lo que creo que podemos estar todos de acuerdo, es que un toro -o una ganadería- es como un edificio cuyos cimientos es la casta: podemos reclamar tal o cual cualidad en el toro, podemos reclamar que la selección vaya por unos derroteros u otros, pero si para lograr algo de eso hay que reducir -o eliminar- la casta, el toro se derrumbará como un edificio sin cimientos.

Y al final del todo -a lo que iba el simil de los tornillos- el aficionado, que es quien paga la entrada, puede decidir que ya no le interesa más eso, quedarse en su casa y hacer que el torero se quede en la suya respectiva y los toros en el campo.

Yo creo que por el momento, a tenor de como se llenan las plazas de gente que, en el mejor de los casos, le da lo mismo si el toro sale sangrando por los pitones y, en el peor, va con la intención de llenar el ruedo de lencería fina a mayor gloria de Jesulín, no va a pasar eso de que las plazas se vacíen de público, pero todo se andará.

No olvidemos que nuestra fiesta sigue viva después de cientos de años gracias a su elemento diferencial más importante: la admiración que produce ver a un hombre jugarse la vida delante de un poderoso animal y la emoción que produce poder contemplar la lucha de un animal de tan magnificas cualidades; esta "verdad de la fiesta" es la que genera aficionados, pero sin casta y sin bravura se pierden ambas cosas y perdiendo eso, la fiesta perderá todo el interés y por tanto cada vez habrá menos aficionados "nuevos", como de hecho ya sucede.

De momento las plazas se seguiran llenando de gente que va a figurar, a pasar el rato o que simplemente va por rutina (personas que, por cierto, pagan su entrada y a las que hay que guardar el máximo respeto, que nadie me malinterprete). Pero, si esto sigue así, cuando esas personas ya no estén para llenar las plazas no va a haber nadie para reemplazarlas, porque lo que de verdad importa ya no existirá y nadie se sentirá atraido por primera vez a una plaza; y entonces los toreros se quedarán en su casa y los toros en el campo y todo el mundo se tirará de los pelos.

Espero no haber sido demasiado coñazo. Un saludo a todos.